La Quimioteca CSIC

Descubriendo nueva actividad biológica

Historia de la Quimioteca

El inicio del proyecto de la Quimioteca del CSIC (QCSIC) se remonta a marzo de 2020, al inicio del confinamiento social, decretado por el gobierno, para luchar contra la propagación del SARS-CoV-2 responsable de la pandemia del COVID-19. Para ayudar en la búsqueda de soluciones a la pandemia, el CSIC impulsó la creación de una plataforma de cribado de antivirales en el Centro Nacional de Biotecnología (CNB-CSIC). Con el objetivo de dotar la plataforma de compuestos sintéticos, se recurrió a los Institutos de Química Sintética y de Química Médica dentro de la Institución. Tres Institutos, el Instituto de Química Médica de Madrid (IQM-CSIC), el Instituto de Química Avanzada de Cataluña (IQAC-CSIC) y el Instituto de Investigaciones Químicas de Sevilla (IIQ, CSIC-US), respondieron enviando las colecciones de compuestos de las que pudieron disponer en tan complicadas condiciones. Lógicamente, la Quimioteca CSIC, ha sido uno de los objetivos prioritarios del Proyecto Antivirales dentro de la PTI+ Salud Global, financiado por los Fondos de Recuperación y Resiliencia.  Y, es así, como el proyecto de QCSIC pudo contar con la financiación y el apoyo institucional para ver la luz.

Si bien el proyecto QCSIC nació para acelerar el descubrimiento de nuevos antivirales, disponer de grandes colecciones de productos químicos es importante para muchos objetivos biológicos y enfermedades. A modo de ejemplo, en el proceso de descubrimiento y puesta en el mercado de un fármaco -que puede durar entre 5 a 10 años y necesitar de una inversión de 500 a 900 millones de dólares- requiere de aproximadamente 10.000 compuestos en su inicio. Es por ello que las colecciones de compuestos químicos son de gran interés para las industrias farmacéuticas, como lo demuestra el éxito comercial de quimiotecas privadas como Prestwick, una quimioteca que ha nacido como una Start-Up dentro de la Universidad de Estrasburgo.  

Ante esta necesidad, diferentes países e Instituciones han comenzado a impulsar el establecimiento de sus propias quimiotecas. En Europa existen básicamente dos tipos de quimiotecas, las federadas dentro de la iniciativa europea Eu-Open Screen, y las quimiotecas académicas nacionales

Finalidad de una Quimioteca

Ventajas para Químicos

• Conservación del histórico de moléculas del laboratorio.

• Aumentar el valor de cada molécula sintetizada con medidas de actividad, características físico-químicas, propiedad intelectual…

• Establecer puntos de partida para nuevos programas de investigación, ya sean de carácter académico o colaboraciones con empresas.

• Fomentar la colaboración entre químicos y biólogos.

Ventajas para Biólogos

• Disponer de colecciones originales y con alta diversidad.

• Contacto con químicos, poseedores de moléculas no comerciales.

• Establecer puntos de partida para nuevos programas de investigación.

• Prueba de concepto (validación de dianas, genoma farmacéutico, HuPo…)

Misión de una Quimioteca

Las misiones principales de la Quimioteca CSIC pueden resumirse en:

– Federar laboratorios/Centros de investigación pertenecientes al CSIC (por el momento), que deseen promover la valorización científica e industrial de sus colecciones de compuestos químicos sintéticos y naturales, en un formato compatible con robots de cribado biológico de alto rendimiento.

– Promover la disponibilidad de QCSIC para investigadores químicos y biológicos, tanto académicos como industriales, con fines de cribado biológico.

– Sensibilizar a la comunidad científica sobre el valor de los productos activos descubiertos como herramientas de investigación y candidatos a fármacos, en particular a través de actividades de formación.

– Apoyar la investigación multidisciplinar, el desarrollo tecnológico y la creación de redes de excelencia.

– Coordinar y estructurar acciones multi-socios para acudir a convocatorias autonómicas, nacionales e internacionales (Comunidad Europea)

– Gestionar la propiedad intelectual e industrial

Funcionamiento de la Quimioteca

La Quimioteca CSIC ofrece diferentes modelos operativos para adaptarse a las necesidades de distintos tipos de colaboradores.

En primer lugar, tenemos el modelo para socios académicos, que funciona bajo un MTA genérico. En este caso, los investigadores académicos pueden acceder a las moléculas de la quimioteca bajo condiciones académicas estándar, sin necesidad de pagar una tarifa de acceso. Si se identifica un compuesto activo o “hit”, se establece una colaboración directa entre los biólogos que realizan el cribado y los químicos que desarrollaron las moléculas. Además, la propiedad intelectual se comparte entre ambas partes, lo que suele resultar en la coautoría de una publicación científica o incluso en el registro de una patente conjunta.

Por otro lado, para los socios privados que firman el MTA genérico, existe una tarifa de acceso para utilizar las moléculas de la Quimioteca. En este caso, los compuestos se proporcionan bajo condiciones académicas, lo que implica que, en caso de éxito, se formaliza una colaboración directa entre los laboratorios de cribado y los laboratorios químicos que sintetizaron las moléculas. Las cuestiones relacionadas con la propiedad intelectual y otros acuerdos comerciales se gestionan conforme a lo estipulado en el MTA.

Finalmente, está el modelo para socios privados que no firman el MTA genérico. Aquí, los socios pagan una tarifa de acceso más alta, y el acceso a las moléculas se gestiona bajo un acuerdo comercial, sin las condiciones académicas que implican colaboración directa. En lugar de una colaboración formal, si se identifican compuestos exitosos, se ofrece una recompensa económica a los laboratorios que desarrollaron las moléculas. En este modelo, las condiciones de acceso y la propiedad intelectual se negocian de manera particular en cada caso.